En un contexto de digitalización acelerada, desarrollo de la inteligencia artificial generativa y crecientes exigencias normativas en materia de soberanía y protección de datos, los centros de datos se han consolidado como una infraestructura crítica para la economía digital del siglo XXI. Esta revolución tecnológica ha impulsado una carrera global por construir infraestructuras capaces de gestionar, almacenar y procesar información con seguridad, eficiencia y sostenibilidad. Y como toda gran transformación, abre una nueva frontera de riesgos que el sector asegurador debe entender, anticipar y cubrir adecuadamente.
España se sitúa en una posición estratégica. Con inversiones previstas de más de 12.000 millones de euros hasta 2030 y más de 500 nuevos centros proyectados, el país aspira a liderar el desarrollo digital del sur de Europa. Regiones como Madrid o Aragón concentran las grandes iniciativas de operadores globales como Amazon, Microsoft o Apple. Todo ello convierte a España en un entorno de alto potencial y riesgo asegurador.
Los centros de datos no son edificios convencionales. Su diseño técnico, los requisitos energéticos y los estándares de seguridad obligan a gestionar una combinación de riesgos única. El error humano o técnico durante la construcción o la operación puede derivar en interrupciones de servicio, sanciones regulatorias o pérdidas económicas millonarias.
Ante este contexto, el mercado asegurador debe responder con soluciones especializadas y a medida. Una protección completa del ciclo de vida del centro de datos pasa inevitablemente por una combinación de coberturas:
Para que estas pólizas funcionen, es imprescindible una suscripción rigurosa y especializada. Una relación estrecha y comunicación fluida con el asegurador son así fundamentales para que éste pueda ofrecer una solución completa. Entre los aspectos que debe analizar el suscriptor encontramos:
La experiencia internacional muestra que los siniestros más frecuentes incluyen fallos de alimentación eléctrica, sobrecalentamientos, incendios o problemas de coordinación en la entrega de proyectos. En España, donde el mercado aún es incipiente, la siniestralidad registrada hasta la fecha ha sido principalmente de baja cuantía, pero el tamaño creciente de los proyectos exige una anticipación mayor. Las consecuencias de un fallo grave, como el incendio del centro SBG1 de OVHCloud en Estrasburgo en marzo de 2021, pueden alcanzar cifras millonarias.
En este sentido, un asesoramiento de principio a fin por parte de los departamentos de Ingeniería de Riesgos de las aseguradoras resulta fundamental para poder prevenir y gestionar los riesgos derivados de su actividad.
Lejos de ser solo grandes consumidores de energía, los centros de datos están impulsando el cambio hacia energías limpias. Muchos operadores están firmando acuerdos de compra a largo plazo con productores de energía solar o eólica. Además, están surgiendo proyectos innovadores, como pequeños reactores modulares o sistemas de refrigeración eficientes. Esto abre nuevas oportunidades para seguros combinados que integren infraestructura tecnológica y energías renovables.
El crecimiento de este mercado en España es una realidad. El país tiene la infraestructura, el talento técnico y el marco regulador necesario para ello.
Por su parte, el sector asegurador debe estar preparado para acompañarlo. Ofrecer soluciones personalizadas, técnicamente sólidas y alineadas con las necesidades del cliente es una forma de liderar, no solo de seguir el ritmo.